Hoy os
hablamos de una de las celebrities internacionales que más se ha caracterizado
por su amor a las joyas: Elisabeth Taylor. Daniel Nicolás ya habló de ella en
su sección de joyas en el programa Déjate de Historias de ES RADIO, que os
recomendamos desde aquí (es todos los jueves sobre las 13h).
Elisabeth
Taylor ha pasado a la historia, además de por ser una de las mayores divas de
Hollywood, por poseer una de las mayores colecciones de joyas del mundo.
Incluso su madre decía que esta pasión le venía desde la cuna, y la propia
Elisabeth contaba: “Mi madre decía que no abrí
los ojos hasta los ocho días de vida, pero que cuando lo hice, lo primero que
vi fue su anillo de compromiso. ¡Me quedé enganchada!".
Sobre
sus joyas decía: “No me creo la dueña de ninguna de estas piezas. Soy su
custodia. Me pregunto dónde terminarán, porque un día serán subastadas y
esparcidas por los cuatro rincones del planeta. Espero que quien las compre les
dé un verdadero hogar”.
Taylor
quiso que sus joyas salieran a subasta y que los fondos recaudados se
destinaran a su fundación benéfica que lucha contra el Sida, las joyas estaban
valoradas en 30 millones de dólares, pero la recaudación alcanzada fue de 116
millones de dólares.
Incluso plasmó su gran pasión en el libro “Elisabeth Taylor: My love affair with jewelry” en el que incluyó más de cien fotos de su amada colección.
Todos
sus maridos le regalaron joyas, pero las más recordadas son las que le regaló
su gran amor, Richard Burton, entre ellas el diamante Krupp, que costó cerca de
un millón de euros y que la actriz revendió en los 80’ por el triple destinando
los beneficios a acciones de cooperación en África.
Burton
declaró que le hubiera gustado regalarle a Elizabeth el Taj Mahal, pero que era
demasiado costoso transportarlo. Por eso en su 40 cumpleaños le regaló a su
esposa un diamante amarillo en forma de corazón con la inscripción: “El amor es
para siempre”.
Por último, os mostramos una imagen de la joya NICOL'S con la que nos hubiera gustado ver a Elisabeth Taylor: este maravilloso collar de oro blanco, diamantes y zafiros que no le podría sentar mejor.
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